En día reciente,tuve una desagradable experiencia con una de mis sobrinas adolescentes al compartir un comentario a través del facebook. La chica había escrito en su muro "Me limpio el *ulo con Uds." La verdad, me sentí aludida por la expresión, dado que como parte de nuestra relación familiar intercambiamos comentarios a través de ese medio, sin dejar de ser afectivos, tratan siempre de servir de orientación, bajo la consideración y respeto mutuo, sin perder la empatía por entender con quien trato.
Ante mi queja y la de otros, este incidente se convirtió en un asunto molesto para la chica, quien se sintió atacada por todos quienes emitimos una queja ante su actitud y reacciono diciendo " Es el colmo que yo no pueda colocar en mi muro lo que se me antoje y al que no le guste que me borre".
El relato lo traigo a colación ante los cambios que sufren los chicos y chicas al sumergirse en la adolescencia ya que conozco a quien menciono desde su nacimiento, la he visto crecer y transformarse en lo que hasta hoy es, además de conocer los modales y principios en que fue formada. Sin embargo este hecho me deja altamente consternada frente actitudes como estas donde el adolescente, recién iniciado, se quiere hacer dueño absoluto de su verdad y de sus libertades sin medir el costo de tal rebeldía.
Cierto es, que es nuestra la elección de aceptar o eliminar lo que queramos o a quien queramos. Ese no sería el problema más si el adolescente porque sus emociones y sus pensamientos(además de su cuerpo) necesitan control y guía , aunque muestren resistencia.
Una de las cosas que más disfruta un adolescente es experimentar, sin miedo pero con mucho atrevimiento, situaciones adultas,jugando con su independencia, en abuso de las primeras libertades que le otorgan sus padres ( que ellos ven como de "escape").Un adolescente debe ser tratado como un ser que se debate entre el niño y el adulto, que experimenta cambios y que quiere comerse al mundo, pero con derechos y deberes.
Esto implica que los chicos y chicas experimenten cambios de actitudes que antes eran distintas. Las hormonas actúan con más fuerza y es allí cuando comienza a producirse cambios súbitos de humor y una serie de inconformidades relacionadas con la búsqueda de la identidad.
La comprensión es la clave en toda relación con un adolescente pues algunos de sus comportamientos están impulsados por la necesidad de llamar la atención ante las cosas que le están sucediendo. No obstante, es necesario establecer reglas claras sobre ciertas conductas ante su demanda de atención y control. 
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